Los judíos leen
el Shemá dos veces al día, al despertarse, en la oración de la mañana (Shajarit)
[1]y al
acostarse, en la oración de la noche (Arvit)[2]. Es una
forma de representar que Dios abarca toda la vida del hombre. Esta costumbre
adoptada por el Camino Neocatecumenal, no solo nos acerca a las raíces de nuestra fe, ya que Cristo
como judío, leería el Shemá todos los días al despertarse y al acostarse,
sino que nos enseña desde pequeños que no existe más Dios que Yahveh.
El rabino
Daniel Szlaifsztein [3]dice: “Si
una noche no se proclama el Shemá es como si nunca lo hubieras proclamado.” ¿Por
qué esta afirmación tan rotunda?
Para entenderlo
reflexionaremos sobre la siguiente frase del Rav Kook[4]: “La luz
de la verdad es algo que nunca envejece, siempre se mantiene en su totalidad,
siempre se mantiene en el aprecio que le tenemos, la luz de la verdad,
cuando hablamos de la Torá debe ser algo en constante renovación.” La clave
de lo que dice el rabino Daniel Szlaifsztein la encontramos en la última frase
del Rav Kook. Es necesario vivir el encuentro con Dios mediante la oración como
algo nuevo todos los días, el rabino nos enseña que la oración debe ser una
novedad que se renueva todos los días y que tiene el poder de renovarnos por
dentro. El Rav Kook también dice: “Dios nos hizo para que dentro de nuestra
alma siempre haya un lugar para la renovación de la persona”, es decir, nuestra
alma va en busca de su creador y la forma en que nos comunicamos con él, es la
oración.
Podríamos decir
que el alma funciona de un modo muy similar al cuerpo en algunos aspectos.
Cuando una persona pasa un tiempo sin comer o beber siente hambre y sed, por
ello, cada día tiene la necesidad de alimentarse, no le basta con lo que comió
o bebió ayer. Del mismo modo, nuestra alma, tiene la necesidad de unirse a Dios
mediante la oración y no le basta con lo que rezamos ayer. Al contrario que con
la comida donde nuestro cuerpo siente la necesidad de alimentarse, con la
oración nuestro cuerpo no siente esa sensación de vacío que el alma si experimenta,
no existe una alarma física que nos indique que necesitamos rezar.
“Hay una
verdad, una gran que el pueblo judío desde que es pueblo lleva consigo, El Shemá
Israel.” Estas palabras del Rav Kook nos hablan de la gran importancia que tiene
para el pueblo judío el Shemá Israel, pues es la confirmación de que son el
pueblo elegido ya que es el propio Dios quien los llama y les impera que lo
escuchen. El Shemá es la esencia de la fe del pueblo hebreo a lo largo de toda
la historia, y por ello les ha acompañado siempre.
Por más que
conocemos el Shemá y su significado no basta con haberlo proclamado en el
pasado, pues poder proclamar nuevamente que Dios es el único Señor y que por
ello lo amarás con todo tu corazón, con toda tu alma y con todas tus fuerzas,
genera en tu alma una renovación espiritual. Significa que voluntariamente
deseas hacerte uno con Dios y que lo antepones a tu razón, a tus afectos y a tus
fuerzas. Cada vez que se proclama el Shemá es un signo de que por encima de ti está
Dios. Cuando el rabino Daniel Szlaifsztein dice: “Si una noche no se proclama
el Shemá es como si nunca lo hubieras proclamado.” No está afirmando que quien
se olvidó de Dios una noche es como si nunca hubiera rezado, pero sí que en ese
momento Dios no fue lo más importante para ti, sino que hubo algo que ocupo tu
corazón, tu mente o tu alma.
Que en el
Camino Neocatecumenal se proclame el Shemá Israel, no es un intento por judaizar
el cristianismo, Jesucristo ha sido quien ha llevado el Shemá a su plenitud
muriendo por todos nosotros en la cruz. En ella amó a su padre donando su
corazón, que fue traspasado por una lanza; ofreciendo su razón simbolizada en
su cabeza coronada de espinas y ofreciendo su ser que fue clavado a un madero.
Cristo nos enseñó en la cruz que es amar a Dios padre, a pesar de compartir su
misma naturaleza; el justo entre los hombres fue contado entre los malhechores
y lo hizo por salvar a la humanidad de la muerte del pecado. Por eso, proclamar
el Shemá Israel no es solo recordar la alianza del Sinaí, como hace el pueblo judío; cuando un cristiano lo hace está recordando el memorial de la Nueva Alianza, el
sacrificio de Cristo en la cruz.
Escucha, Israel, el Señor es nuestro Dios, el Señor es Uno.
Bendito sea el nombre de la gloria de Su reino por siempre jamás.
Amarás al Señor tu Dios con todo tu corazón, con toda tu alma con
toda tu fuerza. Y estas palabras que Yo te ordeno hoy estarán sobre tu corazón.
Las enseñarás a fondo a tus hijos, y hablarás de ellas al estar sentado en tu
casa y al andar por el camino, al acostarte y al levantarte. Las atarás como
señal sobre tu mano y serán por recordatorio entre tus ojos. Las escribirás
sobre las jambas de tu casa y en tus portones.
Fonética:
Shemá Israel Adonai Elohéinu Adonái Ejád.
Barúj Shem Kevód Maljutó Leolám Vaéd.
Veahavtá et Adonai Elohéja, Bejól Levavjá, Uvejól Nafshejá, Uvejól
Meodéja. Vehaiú Hadvarím Haéile Ashér Anojí Metzavjá Haióm Al Levavéja.
Veshinantám Levanéja Vedibartá Bam, Beshivtejá Beveitéja, Uvelejtejá Vadérej,
Uveshojbejá, Uvkumejá. Ukshartám Leót Al Iadeja Vehaui Letotafot Bein Eneja
Uktabtam al Mezuzot Beitéja, Uvishearéja.
[3]
Rabino Daniel Szlaifsztein. Agadot Talmudicas: Si una noche no lees
el Shema Israel, es como si nunca lo leíste (09/01/11)
[4] Abraham Isaac Kook (1865, Grīva, hoy día en Letonia - 1935) emigró
a Palestina en 1904. En 1921, se convierte en el primer gran rabino Askenazí
del "Hogar Nacional Judío" en el Mandato Británico de Palestina,
cargo que se acababa de crear. Era un rabino conocido por sus conocimientos
talmúdicos. En 1924, creó la Yeshiva Merkaz Harav.
saludos desde Cuernavaca Mor.Mexico. la paz hermanos jiutepec Mor. 1aComunidad Parroquia Santiago Apostol. les agradesco esta explicacion de lo que representan estas coumnidades del Camino Neocatecumenal y la basta riqueza de los signos de la fe cristiana.
ResponderEliminarLes quiero compartir algo curioso acerca de esta oracion del Shema:lo curioso es que esta oracion que aparece en esta pagina es la misma oracion que tenia hace algunos años. La imprimi y la puse en un marco de madera y es la oracion que hago al terminar de hacer laudes.
ResponderEliminar